Luna Negra
Nueva y representa la total ausencia de luz y, por consiguiente, plena oscuridad lunar.
Ya he estado conversando contigo acerca de las energías de cada fase de la luna, a
partir de hoy entraremos en un ciclo en el que estaré compartiendo contigo
información acerca de la energía de cada una de sus fases, como nos influencia y como aprovecharla al máximo. ¿Has escuchado decir que ciertas plantas es mejor
sembrarlas con una fase lunar especifica? ¿O que si quieres cortar tu cabello deberías
no hacerlo en la etapa menguante? ¿Cuáles son las actividades que serán mejores en cada fase? ¿Porque nos sentimos más o menos activas y qué relación tiene esto con la
luna? De eso hablaremos a partir de mañana con la entrada de la Luna Nueva. Hoy
te hablaré de ese cambio de luz a oscuridad y viceversa, que vivimos en cada ciclo y
como nuestro ser consiente e inconsciente se ve afectado por ellas.
El Anima o inconsciente pertenece al mundo femenino. Lo solar, lo consciente
pertenece al mundo masculino. Cuando el alma decide encarnar bajo el sexo femenino
es porque tiene un trabajo importante que realizar con la Luna, más allá de la maternidad.
El Novilunio es la luna de Hécate ( de la que ya hablamos ayer). Es la oscuridad, la
ausencia de luz, por lo que podemos entenderla como magia negra, sombras, o el mal.
Dentro del Cuarto Creciente continúa el reino de Hécate, pero si lo entendemos como
un territorio, aquí empiezan a entrar o a emerger filamentos de luz. La luz suavemente se va introduciendo en la oscuridad. Pasamos del Novilunio como un mundo donde reina el mal, al Cuarto Creciente, donde comienzan a infiltrarse las
Inteligencias Luminosas, pero todavía son minoría. En este primer cuarto se equiparan las fuerzas: el bien y el mal se confrontan en igualdad de condiciones y
progresivamente la luz comienza su ascenso. Después del primer cuarto pasamos a la
Luna Gibosa: comienzan a ser expulsados los rostros de sombras de la Luna y
solamente queda un pequeño filamento de oscuridad. Se están replegando las sombras.
En el Plenilunio se da la victoria de la luz, es el mundo simbólico representado por la
Diosa Diana, no queda rastro alguno de oscuridad. Es conciencia, Luz Blanca del
Astral. Cuando pasamos a la fase Diseminante se da el proceso inverso que, con la
Luna Gibosa, ahora gradualmente comienzan a introducirse de forma casi
imperceptible, pequeñas gotas de oscuridad, como puntos de corrupción. Todavía son
pequeños y débiles, pero a medida que la oscuridad sigue avanzando llegamos al
Último Cuarto donde nuevamente las fuerzas se equiparan. Se da un equilibrio de fuerzas, para posteriormente en la fase Balsámica completarse la invasión de la
oscuridad, expulsando todos los rastros de luz, hasta que nuevamente se da el reino de
Hécate en el Novilunio o Luna Nueva.
Esta es una batalla mensual que la Luna emprende consigo misma, en relación con el
Sol. La Luna, es un espejo que refleja la luz solar. Cuanta mayor luz refleje, mayor
será su identificación con el Sol, es decir, con la conciencia. Cuanto menor sea su
reflejo de luz, mayor será el dominio del inconsciente.
La luna Negra no es visible en el cielo, este es un tiempo entonces donde la relación
con nuestro inconsciente es más cercana y posible. La integración de ese inconsciente
en nuestra conciencia, cuando está sustentado en el conocimiento de esta energía,
puede ser muy favorable porque nos brinda un momento para conectar con nosotras,
con nuestro ser interior y nuestra feminidad. Para las brujas este es un momento para la meditación, la paz y el flujo creativo. Dejar fluir, no tomar acción.
Así que esta noche relájate, siéntete cómoda y déjate llevar por la energía de esta luna.
Mañana temprano arrancamos con la luna nueva tiempo de sembrar y visualizar.
Hasta nuestro encuentro de mañana muchas bendiciones para ti…
Gracias por eso amiga mía trataré de relajarme y dejar la buena energía fluir en mi.
ResponderBorrarEsa es la idea, abrirnos a sentir. Saludos
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